jueves, 27 de enero de 2011

Rastros de realidad.

Los días fueron amapolas de pétalos dorados.
Aún, los charcos nos parecían lagos con cisnes,
e imaginábamos, también, el sonido que hacen al respirar las mariposas.
Y no sólo caminábamos, volábamos por la imaginación optimista a lo largo de kilómetros
hechos algodón de azúcar para algún paladar de aquél, nuestro tiempo.
Y se nos olvidó pensar.
Y la dureza del asfalto.


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