martes, 15 de marzo de 2011

Enigmas del alma

Se trata de perder la conciencia en un lugar recóndito del planeta. Mientras, lo estable pierde el equilibrio sin consentimiento. Y, luego, viene la presión ultrasonora, la conversión del cuerpo en agua; el paso de sólido-líquido a gaseoso.
El viaje a la cuarta nube (de algún componente tóxico).
Asfixia.
Escandilando, la oscuridad se aleja cada vez más cerca.
De los deseos a los ruegos y súplicas a NADIE.
Pierdo el combate, una vez más, no será la última -ojalá lo fuera.
Calma y esperanza para su tratamiento. De mientras, angustia existencial.
El tren corre hacia algún lugar perdido y consigue atropellarme y yo, invertebrada, pierdo la noción. Y no llego al destino.
Abro los ojos:
-"Estoy aquí".
No.

No hay comentarios:

Publicar un comentario